La Noche Bohemia y endiablada... que invita a borrar los límites de lo correcto, nos envuelve en la oscuridad de lo desconocido, para llevarnos de la mano al mundo sin condiciones ni morales encubiertas por un sistema inventado e hipócrita de comportamientos estructurados.
Esa Noche que deja fluir la imaginación en silencio atrapador del interior de uno mismo. Esa vela que se contonea con pasión y embauca la mirada, transportándonos en brazos de la entelequia mas real y sentida... allá en lo más profundo de nuestro ser.
Abrazada a crepúsculo de mis sueños, busco en mi memoria los recuerdos vividos y los anhelos por vivir que aún me quedan.
El sopor del sueño, salió de paseo con extenuación cotidiana, dejándome libre de sus cadenas.
Y me acomodo entre las sombras que me hacen compañía... silenciosas que solo dejan escuchar un suspiro en el aire fresco y limpio, que expresa el sentimiento que vibra bajo mi piel, de sentires profundos, incomprensibles para extraños pero no para mí.
La imaginación se desborda en ríos de ilusiones deseadas y cascadas de leves sonrisas, las cuales brillan entre la oscuridad confundida con un simple rayo de luz que baila entre las sombras de mi habitación, jugando a ser protagonista de una historia.
La Noche madre de la inspiración de Poetas, Escritores y Artistas, la incansable cuidadora del numen creativo, donde la palabra "imposible “no existe.
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Dama Enigmática